No te acostumbres.
Y qué fácil se acostumbra uno a lo bueno (y se olvida de que antes no lo tuvo).
Echar de menos una sensación, una actitud, un… algo. Que eso vuelva a ti y que te acostumbres.
No. No te acostumbres.
Valóralo. Siéntelo como si pudiera no estar ahí, como si pendiera de un hilo…
No lo pases por alto, no lo banalices, no lo llegues a ignorar. Está ahí, contigo, lo que buscabas. Aprovéchalo.
Siempre.