18 abril, 2010
11 abril, 2010
El rifle tenía tres balas
Silvia estaba enfadada, así que cogió el rifle y se dirigió al lugar donde se encontraba su marido leyendo el periódico. Abrió la puerta despacio, sin hacer ruido, procurando pillarle desprevenido. Al verla entrar con el arma en la mano él se sobresaltó. Su cara no pronosticaba nada bueno. Se miraron; ella tomó aire y empezó a gritar. A decirle todo lo que pensaba sobre él: ¿cómo había podido engañarle con otra? Luego guardó el rifle en el armario, lejos de las manos de su hijo Pablo.