Estoy loca pero echo de menos la mayor de las locuras. Y echar de menos no implicar querer algo ni mucho menos buscarlo. Se trata tan sólo de añoranza.
Porque como ‘cualquier tiempo pasado nos parece mejor’, dentro de un tiempo envidiaré el día de hoy. Quién soy, cómo soy y cómo vivo mi vida.
Somos así de imperfectos los humanos. Sólo sabemos añorar, quejarnos y nos olvidamos de disfrutar lo que un día querremos que vuelva. O no. Pero lo añoraremos.
Supongo que el optimista máximo debe de hacer lo mismo pero al revés. Añora el mañana. Tiene ganas de que pasen las horas porque sabe que más tarde siempre estará mejor. Que el después es preferible al ahora.
Pero tampoco me parece bien. Ni es bueno caminar despacio procurando desacelerar el tiempo, ni es bueno caminar deprisa acelerando las agujas del reloj.
El tiempo es el que es. Disfrútalo. Vívelo. Nunca volverá esto, ahora, hoy.
Así que, ¿qué estás haciendo? ¿A qué esperas?