No me quiero quedar con ganas de nada,
pero quiero tener ganas de todo.
No quiero guardarme nada para luego,
en el bolsillo.
Prefiero arrepentirme de hacerlo
que de no hacerlo,
aunque eso signifique
el fin del juego.
Pero,
yo llevo las reglas a mi manera:
es mi tablero,
son mis fichas
y cuando me toca, muevo.
Y aunque no me toque.
Porque es mi juego.