Enséñame, quiero aprender de ti.
Manéjame, moldéame como a tu destino. Y, luego, por supuesto, arrójame.
¿Cómo lo has conseguido tan rápido? (Ya no necesito los porqués…)
¿De verdad no te sabe mal? Lo que perdemos, lo que perdimos y perderemos. Lo que ya está perdido antes de avanzar.
Recuerdo sueños más reales que lo que guardo de ti. Y me creo más a mi subconsciente que al pasado.
Pasado; y cada día más pasado.
Y cada día más hoy.