HOSPITAL PRINCETON-PLAINSBOROL.18h.
Agente de policía: Hemos encontrado a este hombre a caballo en un centro comercial aquí cerca. Creemos que puede estar bajo el efecto de alguna droga.
House: Vale, ahora buscaré a un médico que le atienda.
Don Quijote: ¡Soltadme! ¿Dónde está mi fiel escudero? ¿Qué habéis hecho con él? ¡Sancho! ¿Dónde está Sancho?
House: Venga conmigo. Yo sé dónde está Sancho.
Agente de policía: ¿Pero no ha dicho usted que iba a buscar a un médico?
House: No ve mi placa, imbécil. Soy médico.
Don Quijote: ¡Lléveme con Sancho buen hombre, lléveme!
El agente de policía hace una mueca y se marcha.
House (llevándose a Don Quijote a un box de visitas): Espere aquí sentado, ahora vendrá Sancho. Pero, cuénteme. ¿Dónde ha dejado su caballo?
Don Quijote: Rocinante, su nombre es Rocinante. Pues bien, vuesa merced, esa gente portadora de armas de tamaño ridículo me ha sustraído a mi viejo amigo. Nada pude facer por él.
House (imitando el hablar de Don Quijote): Gran caballero de fermoso rostro y valía sin igual. Debo daros una mala nueva. Vuestro fiel escudero, Sancho, no volverá a vuestro lado.
Don Quijote: ¡No! Dejadme marchar, no podría vivir pensando en la suerte de Sancho, debo recuperarlo de esa gente de armas pequeñas.
House: No han sido esos bastardos, mi señor.
Don Quijote: ¿Quién entonces? ¡Maldición! ¿Qué demonio de este u otro mundo podría separarme de Sancho?
House: Uno con aspecto de ángel pero corazón de bruja. Se reúne en aquelarres en los bosques y convierte a los hombres en gatos y a los gatos en hombres. Deberás acabar con ella para recuperar a tu fiel Sancho.
Don Quijote: ¿Y dónde puedo encontrar a tan huraña criatura?
House: Es ladina, nunca se la ve de día, pero curiosamente viene por ahí (señalando a Cuddy).
Don quijote: ¡Ella! ¡No puede ser, no lo quiera la fortuna!
House: Sí, mi buen amigo y señor, es el demonio en persona.
Don Quijote: Es mi amada Dulcinea. ¿Y vos os atrevéis a decirme que es una bruja?
House: Es evidente que el diablo, en su habilidad para confundir a las mentes más astutas como la vuestra, os ha hecho creer que esa bruja es Dulcinea.
Don Quijote: Puede que tengáis razón boticario, pero es tan bella que no se si podré…
House: Pensad en el pobre Sancho.
Don Quijote: Tenéis razón, un caballero nunca abandona a su compañero.
House: Aprovechad ahora que está distraída, puede que no tengáis una segunda oportunidad.
Y tras decir eso Don Quijote se lanzó contra Cuddy gritándole que le devolviera a su fiel Sancho. Pero justo cuando levantó la espada se cayó hacia atrás incapaz de soportar su peso. A unos metros House contemplaba la cara de desconcierto de Cuddy con una sonrisa en los labios.