Cuando llueve y no llevas paraguas tienes dos opciones: mojarte o planear la estretegia perfecta para llegar lo más seco posible a casa.
Yo siempre opto por la segunda, excepto si mi pelo ya está hecho un desastre y no me importa lo más mínimo asumir el riesgo de resbalarme y morir. Sí, tal cual.
Bien, sales del trabajo y llueve. Miras a tu alrededor, arriba y en unas milésimas de segundo has conseguido identificar la calle con más balcones y más anchos. Pero no vas corriendo hacia el primer balcón, no. Aunque desde la puerta de tu trabajo hasta el primer refugio haya unos veinte metros tú haces ver que no te importa mojarte. Es más, eres impermeable.
Esto me recuerda a mi viaje a Nueva York, la ciudad de los rascacielos. Qué chulo todo, sí. Qué edificios tan altos. Qué majestuosidad. Sí, todo esto está muy bien, pero cuando estás en medio de Manhattan y empieza a llover… ¿Dónde te metes? Cuando me pasó a mí iba con mi familia y todos empezamos a correr, calle arriba, durante varios metros. Finalmente, paramos, en una calle igual a todas las demás: sin un dichoso balcón. Pero, ¿entonces? Si los balcones están para que la gente que pasa por debajo no se moje, no?
Algo que odio cuando estás caminando a dos centímetros de la pared para no mojarte, es cruzarte con alguien que sí lleva paraguas e intenta modificar tu recorrido (Are you fucking kidding me?). Es decir, esa persona quiere aprovechar todas las opciones posibles para no mojarse. Osea, como si usaras preservativo y la marcha atrás, por si las moscas.
Aunque parezca que llevar paraguas sea la panacea, mientras intentaba sobrevivir a la lluvia ácida (seguro que lo es) y a la elevada mortandad por culpa de las esquinitas de estos simpáticos artilugios, lo vi: ¿Y si el camino se estrecha? o peor, ¿y si hay un andamio? De repente, dos miradas que se enfrentan: o tú o yo. Cerrar o no cerrar el paraguas, hacer un movimiento de contraataque o, simplemente, seguir como si nada… Es duro, eh!
Bueno, ¿y qué me decís de llevar paraguas y que haga viento? Es una de las situaciones más absurdas y ridículas que se pueden ver. La última vez que me pasó opté por cerrar el paraguas y que pasara lo que tuviera que pasar. Sí, hasta un resbalón…