Escritura Visual

28 junio, 2011

Una instantánea

Un perro meando en el balcón… y las gotas de su pis cayendo hacia abajo, hacia la acera de la calle.

Yo estaba en el bus, como cada día, de camino al trabajo, y nos habíamos detenido en una parada. Me había tocado sentarme al lado de la ventana (curiosamente una «amable» mujer me dejó ponerme ahí… ¿que porqué lo digo así? porque sentarse ahí era lo mismo que irse a vivir al Polo Norte -putos aires acondicionados de los buses que o no los notas o te congelan-) y, como que no quiere la cosa, miré a la izquierda…

Un perro sale al balcón, da dos vueltas sobre sí mismo, mira unas macetas, se acerca a ellas, levanta la pata y ale, a mear. ¡Pero bueno!

Inmediatamente miro abajo… ¿hay alguien? Por suerte no, tampoco había nadie cerca… Pero… ¿y si hubiera pasado alguien?

Siento que he presenciado un momento divertido a la par que desagradable. Divertido si ves que le pasa a otro y desagradable si te pasa a ti.

¡Vaya tela!

Mira que no pasar nadie…

19 May, 2011

El eco de tus pasos

Filed under: Personal — LB @ 19:43
Tags: , , , , , , , , , , , , ,

Caminas y escuchas tus pasos. El sonido se propaga a lo largo de toda la calle. Te giras; no hay nadie. Ya es de día y sonríes.

De nuevo, miras a tu alrededor: estás solo. Solo en una calle en la que siempre hay gente y ruido, sobre todo, ruido. Te encanta. Caminar y sentir que todos duermen mientras tú aún no has dormido. Y la soledad inesperada. Y haber disfrutado de una gran noche.

Además, el buen tiempo ya está aquí. Caminas con una chaqueta de entretiempo y aunque no la llevaras puesta, sólo sentirías un frescor agradable. Parece que la libertad te roza la cara y guía tus pasos. Y no corres.

El sol, a las 9 de la mañana, ya empieza a calentar. Qué gustito.

23 marzo, 2011

Laberinto rojo y verde

Filed under: Personal — LB @ 21:43
Tags: , , ,

Ahora rojo, ahora verde.

Me divierto por la calle. Juego con ella. Me dejo llevar. Ahora sí, ahora no. Por aquí, por allá. Da media vuelta. Cruza. No cruces.

El laberinto de colores me traslada, de manera casi imperceptible, de un lado para otro.

Tuerzo la esquina y huele a fresas. Cruzo esa avenida y huele a hierba recién cortada. Cruzo la calle de siempre y me acuerdo de ti. Pero no importa, sigo andando. Jugando, sonriendo, mirando a la cara de la gente. Y me río por estar pensando en que todo a mi alrededor es simplemente un juego.

Blog de WordPress.com.