Una noche como hoy (menos un día) decidimos empezar a conocernos.
No, ni tan siquiera decidimos eso: lo fuimos viendo.
Y llegamos al día de hoy, sin llegar a ninguna parte ni pretenderlo.
Aquí estamos porque así lo ha querido el espacio. Y hoy, el tiempo.
No conozco nuestros nombres, pues nunca los tuvimos.
Y ‘nosotros’ ha sido siempre la respuesta al tuyo y mío.
Una noche como hoy: aún era verano y yo más joven.
Tú, en cambio, parece que has rejuvenecido.
¿Lo demás? Recién nacido.