A veces dejo de ser yo para convertirme en otro ser. Que no reconozco y lo peor de todo: no controlo.
Creo que al revés del mundo he pasado de la consciencia a la inconsciencia. Cuando, en realidad, los niños sólo aprenden con los años a crecer. Quizá he descrecido, he dejado de crecer o me he estancado. Quizá estoy cambiando o quizá, simplemente, me estoy dejando ser yo.
¿Y quién era antes?
Y no me controlo, no controlo nada. Y eso en realidad es una suerte porque VIVO… pero es difícil de llevar para alguien que lleva toda su vida dando prioridad al de arriba. Excesiva prioridad.
Y de este modo, parece que valga más la suerte que la estrategia (algo que desconozco a no ser que esté formada por años académicos).
Mala, me gustaría ser mala…
… porque ni antes ni ahora lo he logrado ser.